La belleza del entorno

RIBERA DE DUERO

La Tierra

Los territorios “el terroir de Bodegas Amaró” incluyen 50 hectáreas de viñedo de la variedad tempranillo. Esta variedad es la que produce un fruto ideal en combinación con el particular clima de la zona, aportando el aroma y el cuerpo característico de nuestros vinos.
Las fincas (El Reloj, La Ladera, La Revuelta, Valdecampaña…) están ubicadas en laderas de suaves ondulaciones. La lluvia que recogen estas tierras sedientas es escasa, el sol brilla sobre los valles durante largas horas y las brumas matinales suponen una fuente adicional de humedad.
Los viñedos, de suelo arcilloso-calcáreo situados a una altitud de 700-800 metros, se encuentran plantados en espaldera con orientación de norte a sur. El clima extremo que soportan los viñedos, de secos veranos y largos inviernos, con acusadas oscilaciones térmicas, consiguen una madurez armónica y un fruto pleno de color.

La belleza del pasado

Un paseo por la historia

El puente

El puente renacentista que une Quintanilla de Onésimo y Olivares de Duero se distingue por su belleza y antiguedad. Data de finales del siglo XV uy por sus arcos han pasado siglos de historia. Como curiosidad, en 1812, en plena Guerra de la Independencia, el general inglés Wellington voló un ojo del puente, en su estrategia contra los franceses, que estaban apostados en Quintanilla. En el siglo XVIII este precioso puente contaba con 7 arcos. Los arcos actuales son de medio punto, siendo el central el de mayor tamaño.

Tradición

Sabor

Calidad