Degustar un buen vino no solo se limita a una difícil decisión en cuanto al tipo de caldo, sino que se ha convertido en todo un ritual que comienza con el servicio en mesa.
La temperatura de mantenimiento, el descorche, el proceso de decantación y oxigenación y el tipo de copa son los cuatro aspectos fundamentales que debes tener en cuenta, si quieres disfrutar y descubrir todas las cualidades y características del vino.
Temperatura
Para comenzar a servir, primero debes comprobar que tu vino se encuentra a la temperatura idónea para descubrir todos los aromas y matices. Una temperatura demasiado elevada favorece la percepción de los azúcares y el sabor a alcohol, mientras que, una temperatura demasiado baja evita que los aromas se perciban en su totalidad y adormece a las papilas encargadas de percibir el gusto. En ningún caso se recomienda servir vino por debajo de los 5°C ni por encima de los 20°C.
Descorche
Una vez que tienes el vino preparado para servir debes proceder a su apertura que, a pesar de ser una tarea que, a priori, se antoja complicada, es mucho más fácil de lo que parece. El paso inicial es colocar la botella en una superficie plana, ni entre las piernas ni entre las manos, para no mover ni manipular el vino en exceso, y tener cerca un buen abridor o sacacorchos.
Cuando tengas todo listo, corta la cápsula de la botella por debajo del reborde que se encuentra justo debajo de la boca de la botella y clava el abridor en el centro del corcho para evitar que se rompa y contamine tu vino.
Una vez que hayas introducido el sacacorchos, sin llegar a atravesar el tapón por completo, el primer cuarto de vuelta hará que tu herramienta quede en posición vertical. Después, haz palanca y extrae suficiente corcho para que pueda girar. El aire que entre en la botella te va a facilitar la extracción. Una vez retirado el corcho, limpia el cuello de la botella para evitar posibles restos.
Y recuerda, si quieres parecer todo un profesional de la materia, gira siempre el sacacorchos, nunca la botella.
Decantación y oxigenación
Quizá esta sea la fase menos conocida del ritual para servir vino, pero no por ello menos importante. Algunos caldos, normalmente los de mayor edad, necesitan ser decantados antes de servir para evitar los posos y el aroma a humedad. Los vinos viejos pueden tener partículas precipitadas en el fondo que pueden ser molestas al tacto. Con la decantación se evita que estas partículas lleguen a la copa y, por tanto, a tu paladar. No obstante, decantar el vino es útil en los reserva y gran reserva para evitar el posible olor a humedad generado por el largo proceso de maduración.
Tipo de copa
Para finalizar, es fundamental elegir el tipo de copa adecuado para disfrutar al máximo de los aromas y matices de la mejor manera posible. Aquí te dejamos algunas especificaciones que te pueden servir de ayuda para conocer qué tipo de copa debes utilizar para degustar cada vino.
- Copa para vino tinto: las copas más comunes para catar vino tinto son las de tipo Burdeos y tipo Borgoña. Copas grandes que facilitan la oxigenación del caldo, una mejor percepción de los aromas y evitan la agresiva presencia amarga de los taninos.
- Copa para vino blanco:las copas más adecuadas para beber vino blanco son similares a las de estilo Burdeos, utilizadas para los tintos, pero más pequeñas y con el tallo más largo para evitar que el vino se caliente.
- Copa tipo flauta, tulipa o de cava:este tipo de copas son las más convenientes para consumir vinos espumosos. Su diseño, alto y estilizado, facilita que el vino se conserve a baja temperatura y te permite apreciar la calidad de las burbujas y la concentración de sus aromas.
Si ya has aprendido cómo debes servir tu vino correctamente, pero no has terminado la botella, no pierdas de vista nuestro blog y conoce cómo debes conservar tu vino, una vez abierto, para que mantenga sus propiedades durante el mayor tiempo posible.
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