Como ya sabrás, la producción de vino es un proceso meticuloso y complicado que requiere de gran esfuerzo y atención. Y es que son muchos los factores que pueden influenciar tu cosecha: el suelo, la edad de la vid, el tipo de uva o, simplemente, cómo lo almacenas, pero, ¿qué pasa con el clima? ¿Cuáles son las mejores condiciones para desarrollar el cultivo?
Desde Bodegas y Viñedos Amaró lamentamos comunicarte que no existe una respuesta única y dedicamos este post para conocer cómo afecta el clima al vino.
Lo primero que debes saber es que no todos los caldos son iguales y que existe una clasificación generalizada para hacer referencia a los efectos del clima en las viñas: vinos de climas fríos y vinos de climas cálidos. Sin embargo, esta clasificación no solo afecta a la supervivencia y desarrollo de la vid, sino que va a determinar el carácter y sabor de tu vino.
Los vinos de climas fríos son el fruto de una uva expuesta a una gran oscilación térmica entre el día y la noche, a unos inviernos largos y a unos veranos suaves. Por norma general, los caldos elaborados con uvas que han crecido y madurado en climas fríos suelen ser más ácidos y con un brillo y color más apagado.
Por el contrario, los vinos de climas cálidos están acostumbrados a soportar altas temperaturas y una gran incidencia del sol, lo que se traduce en vinos con mucho cuerpo, menor acidez y un brillo más intenso.
En ambos casos hay que tener especial cuidado con las temperaturas extremas, las lluvias y la sequía, ya que pueden arruinar toda tu cosecha. La abundancia de lluvias durante el proceso de maduración va a dar como resultado unas uvas de gran tamaño y buen aspecto, pero que generan un caldo de baja graduación alcohólica, con aromas débiles y poco cuerpo. En cambio, si la viña sufre una larga exposición al sol, bajo altas temperaturas, puede presentar racimos quemados. Además, la sequía y las heladas pueden causar daños fatales para los viñedos.
Dentro del factor climático no debemos olvidar la presencia de los vientos, la presión atmosférica y la humedad.
¿Qué pasa en la Ribera del Duero?
No obstante, no todo es blanco o negro, en España existen gran variedad de climas que permiten la elaboración de distintos tipos de vino, como es el caso de la Ribera del Duero.
Sin ir más lejos, el fruto de Bodegas y Viñedos Amaró es el fiel reflejo del clima extremo de la Ribera del Duero. El resultado de la exposición a largos inviernos y calurosos veranos en los que se enfrenta a grandes oscilaciones térmicas sobre un terreno sediento al que las brumas matinales aportan parte de su humedad. Una uva pequeña y de piel gruesa, pero con una maduración armónica y un color regular.
El clima mediterráneo continentalizado que envuelve a Castilla y León es el ambiente perfecto para producir una uva de extraordinaria calidad.
Ahora que ya sabes algo más sobre cómo afecta el clima al vino, no debes centrarte solo en eso, sino que debes tener en cuenta sobre qué tipo de terreno se asienta: arcilloso, arenoso, pedregoso; los cuidados necesarios para poder desarrollar al máximo sus propiedades y cómo lo vas a almacenar.
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